Frente al presidente Mauricio Macri, el arzobispo porteño, Mario Poli, advirtió ayer en la ceremonia del tedeum por el 25 de Mayo que "la inequidad genera violencia" y pidió "soluciones" al Estado porque "buena parte del pueblo no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna".

Durante la ceremonia realizada en la catedral de la ciudad de Buenos Aires, en el marco del 207º aniversario de la Revolución de Mayo, el cardenal primado de la Argentina también aludió a la cantidad de personas que se encuentran bajo del índice de pobreza en el país, que según el Indec es el 30,3 por ciento de la población, y alertó sobre la "deuda social interna".

Delante del presidente y los ministros de su gabinete, el representante eclesiástico señaló que "dolorosamente" los argentinos aprendieron que "la inequidad genera violencias", y aclaró: "Si bien las soluciones demandan, en primer lugar, la intervención de las instituciones del Estado, de igual modo nadie puede sentirse excluido de hacer algo por el prójimo".

En ese sentido, hizo alusión a la normalización de las cifras del Indec. "Las estadísticas veraces son muy buenas porque nos advierten dónde estamos parados y nos animan a encarar soluciones. No obstante, los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias que sufren la postergación y el desánimo", puntualizó el purpurado.

Al respecto, el arzobispo de Buenos Aires sostuvo que "eso sólo se supera por la cercanía fraterna y cordial de otro argentino", al tiempo que indicó que "no existe realidad humana y social que no pueda ser redimida, cambiada para bien".

"Dejémonos interpelar por la realidad humana que vivimos. Muchos pueden pensar que no hay motivo para hacer fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado, porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna", resaltó.

En esa línea, añadió: "La solución a nuestros desafíos internos, que algunos estadistas lo llaman deuda social interna, depende prioritariamente de nosotros".

Además, Poli destacó que "es conveniente volver a confiar y apostar a las reservas culturales, morales y espirituales del pueblo, así como a su capacidad de trabajo e ingenio científico".

En su homilía, el cardenal alertó que "la confrontación roba la esperanza" y, frente a ello, llamó a "buscar por el fecundo y arduo camino del diálogo un consenso creativo tan necesario para que se haga realidad el progreso de la Nación".

Finalmente, pidió que "la prudencia de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia para poder vivir en paz y prosperidad".

El arzobispo pronunció esa homilía frente al presidente y la primera dama, Juliana Awada, además de autoridades del gabinete nacional, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y las Fuerzas Armadas.