La fiscal la imputó por homicidio agravado por el vínculo y alevosía. La defensa pidió prisión domiciliaria.

La principal acusada de la muerte del rugbier mendocino Genaro Fortunato declaró ante la fiscal después de conocer su imputación y aseguró que no quiso atropellarlo. Admitió haber estado en el boliche "Mona" y explicó que al salir del lugar hizo un giro en "U" para tomar la ruta y volver a su casa. Esa maniobra le costó la vida a su novio. "Pensé que había pisado un pozo", afirmó.
En su relato, Julieta Silva sostuvo que "desconocía" lo que había ocurrido y que al ser advertida por un cuidacoches del accidente "llamó inmediatamente al 911". Después, se quedó dentro del auto en estado de shock. “No paraba de llorar”, comentó personal del área de Salud Mental del hospital Teodoro Schestakow, donde pasó la madrugada del sábado internada.
Para la fiscal del caso, Andrea Rossi, no hay dudas de que la joven es "consciente de lo que hizo" y la imputó por "homicidio doblemente calificado por el vínculo de pareja y su comisión por alevosía en concurso ideal”. Su sospecha es que "tuvo la intención de pisarlo y provocarle la muerte".
Por su parte, la estrategia de la defensa será demostrar que se trató de un accidente. Su abogada pidió además la prisión domiciliaria de la acusada, con el argumento de que tiene hijos chicos que cuidar y que no existe riesgo de fuga.
Ayer declararon testigos, amigos de la pareja y hasta la supuesta tercera en discordia, Agostina, exnovia de la víctima que estaría esperando un hijo suyo.