El padre de la chica acosada y un amigo fueron señalados por siete testigos y quedaron detenidos.

Todo empezó el sábado a la tarde en los alrededores de una plaza ubicada en el cruce de 75 y 155 en la ciudad de La Plata. Ese día Cristian Abregú se había juntado con un amigo a tomar alcohol y cuando vio pasar a la adolescente, la siguió varios metros mientras le decía obscenidades. No lo sabía entonces pero había firmado su sentencia de muerte.

Lo primero que hizo la chica al llegar a su casa fue contarle a su papá, quien junto con otro hombre salió a buscar al acosador. Lo encontraron a pocas cuadras del lugar y le dieron una paliza brutal.

Los golpes y las patadas no se detuvieron ni siquiera cuando el joven de 27 años cayó casi inconsciente al piso. Más tarde lo encontró su mamá. Todavía no había reaccionado y así lo llevó hasta la casa de su hermano, donde murió a las pocas horas por la gravedad de las heridas internas que le habían provocado.
Aunque en un primer momento la causa fue caratulada como “averiguación de causales de muerte”, fueron siete los testigos que dejaron en claro que se había tratado de un asesinato. El padre de la joven y su amigo, de 40 y 32 años respectivamente, fueron detenidos bajo el cargo de “homicidio agravado por alevosía” y los dos aseguraron desconocer que Abregú hubiera muerto por culpa de los golpes que le dieron.