Una de las uniformadas terminó internada con un golpe en el rostro; a la profesional de la salud la agredieron en la guardia de un efector de zona norte.

En lo que va de la semana, una agente de la Policía Comunitaria y una médica del Hospital de Niños Zona Norte fueron agredidas en hechos violentos mientras se desempeñaban en sus puestos de trabajo en Rosario. La mujer policía recibió un piedrazo en el rostro cuando intentaba disuadir a un grupo de jóvenes para que dejaran de tirar pirotecnia contra el módulo policial. La profesional de la salud padeció golpes en las piernas por parte de familiares de un menor que había llegado al centro de salud con traumatismo de cráneo. Ambas están fuera de peligro pese a la tensión generada tras los severos incidentes.
El caso más grave ocurrió el martes cerca de las 23 en inmediaciones del destacamento que posee la Policía Comunitaria en Kantuta y Moreno, en barrio Las Flores.

Según trascendió, un grupo de jóvenes estaba tirando pirotecnia contra el módulo de la Casa Comunitaria. Allí intervinieron dos agentes de ese cuerpo para que cesara la agresión, pero los jóvenes redoblaron la apuesta y empezaron a tirar piedras. Una de ellas impactó en el rostro de una de las policías.

"Inicialmente se pensó que se trataba de una lesión grave en el rostro con fractura de mandíbula. Afortunadamente los estudios que se le hicieron en el sanatorio Laprida arrojaron resultado negativo y la agente está fuera de peligro", precisó a LaCapital la directora de la Policía Comunitaria, Emilce Chimenti.

La funcionaria policial admitió estar algo sorprendida por el ataque a la fuerza que conduce, que precisamente busca tener un vínculo de cercanía con los vecinos.

El otro incidente violento trascendió ayer pero ocurrió el lunes 25 de diciembre. Según denunció la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), familiares de un paciente agredieron físicamente a personal de la guardia del Hospital de Niños Zona Norte de Rosario.

Carolina Larrarte, médica pediátrica y delegada del gremio, afirmó que los "insultos son algo cotidiano. No se trata de hechos aislados y ya estamos acostumbrados a estas reacciones de los familiares sin motivo alguno".

La representante de Amra contó que la noche de Navidad ingresó un paciente a la guardia del centro de salud por un traumatismo de cráneo. "Se lo atendió y quedó en observación. El traumatismo era leve, estuvo unas cuatro horas en la guardia. Se le brindó la atención, se le hicieron los estudios de rigor y no hubo demoras. Todo se manejó en los términos habituales", precisó por La Ocho.

"En un momento de la consulta —continuó— ingresaron en la guardia el padre y una tía del chico, quienes comenzaron a increpar a los médicos. Primero lo hicieron con insultos y luego, la tía comenzó a propinar patadas hacia una de las médicas, que sufrió varios golpes en las piernas".

Larrarte remarcó que lo ocurrido "es muy preocupante porque pasó en un hospital de niños. Esto es un reflejo de lo que nos pasa como sociedad. Realizamos los planteos y denuncias para que esto cambie", agregó.

Según Amra, el episodio tuvo "cierta premeditación ya que la familia del menor, cuando ingresó al hospital amenazó a la mujer policía que custodia el centro de salud diciéndole que si intervenía iba a sufrir represalias".

En ese marco, el gremio médico resolvió llevar adelante ayer y hoy guardias restringidas en el hospital atendiendo sólo las urgencias. La medida de fuerza concluirá mañana con un paro total de actividades por 24 horas para que las autoridades restablezcan "de manera urgente la presencia de otro efectivo policial para poder brindar seguridad en caso de que la situación lo requiera".

Por su parte, el Sindicato de Profesionales Universitarios de Salud (Siprus) también exigió refuerzo de personal de seguridad durante las 24 horas en la guardia del hospital, que sean las autoridades las que realicen las denuncias por agresiones para no exponer al personal que fue agredido y un pago adicional por área crítica para los profesionales de la guardia.