"La defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara y firme", expresó el Papa en su nueva exhortación apostólica.

A un día del comienzo del debate del aborto legal en el Congreso, el Papa confirmó su rechazo al proyecto. Francisco ratificó la posición de la Iglesia en contra de la interrupción del embarazo indicó que "la defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara, firme y apasionada".

El Sumo Pontífice expresó su pensamiento a través de una nueva exhortación apostólica titulada "Gaudete et exsultate" ("Alégrense y regocíjense"), en la que a través de 177 puntos manifiesta su visión "sobre el llamado a la santidad en el mundo actual".
"La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo", indica, en uno de los tramos del texto. "Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte", advierte.

En el texto difundido por el Vaticano, Francisco considera "nocivo e ideológico el error de quienes viven sospechando del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista". En lo que parece una alusión a sus críticos del ala conservadora de la Iglesia, también se refiere a quienes "lo relativizan como si hubiera otras cosas más importantes o como si solo interesara una determinada ética o una razón que ellos defienden".
En el texto que fue firmado el 19 de marzo, el Papa agrega: "No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente". Apoyado en las bienaventuranzas y en los Evangelios de Mateo, el Papa indica en su tercera exhortación que "el consumismo hedonista puede jugarnos una mala pasada, porque en la obsesión por pasarla bien terminamos excesivamente concentrados en nosotros mismos, en nuestros derechos y en esa desesperación por tener tiempo libre para disfrutar".