En la esquina de Corrientes y Milán. Un joven bajó de un auto, la agarró de un brazo y trató de obligarla a subir bajo amenazas

Una adolescente denunció en el Ministerio Público de la Acusación que el pasado 2 de junio intentaron secuestrarla a punta de pistola en la zona sur de la ciudad, cerca de su domicilio. En la presentación la chica expresa que "desde un auto estacionado en Corrientes y Milán una persona bajó y me tomó del brazo gritándome que si no me metía en el auto me mataba, y además me hincó un caño en la espalda", que podría haber sido un arma de fuego. La menor estuvo en shock gran parte de ese día y si bien el caso ya tiene casi dos semanas de sucedido, recién trascendió ayer luego de que por varios días familiares de la adolescente la convencieran de denunciar el hecho y así evitar "secuestros de otras chicas".

Anabela es menuda, agradable en el trato y adulta en sus formas. Va a tercer año de un colegio céntrico y practica artes marciales en una vecinal. Lleva una vida "tranqui", sin salir a bailes ni a lugares que no sean "apropiados para mi edad", asegura. Ni sus padres ni ella recibieron ningún tipo de amenazas antes o después del intento de secuestro. Y su familia dice no tener problemas "en el barrio" que aventuren un hecho como el que sufrió. "Mi padre trabaja y mi mamá es ama de casa". Una familia de trabajo en una casa levantada con esfuerzo.

A primera hora de la mañana del viernes 2 de junio Anabela salió de su casa rumbo a la escuela a las 6.45 ya que tiene calculado a que hora pasa el colectivo. Caminó por Corrientes en dirección a Uriburu pero algo estaba fuera de lugar en el tramo que hacía habitualmente. Un auto pasó dos veces, como siguiendo su trayectoria.

"Yo iba por Corrientes cuando vi un auto. Dio dos vueltas a la manzana y después se estacionó por Corrientes, pero de la mano izquierda. Ahi estacionan sólo de una mano y me llamó la atención. Pensé, ahora me roban. Eran dos: un hombre grandote de unos 40 años que manejaba y un pibe más chico. Cuando pasé cerquita del auto bajó el muchacho de unos 20 años, con jean azul y gorrita y me agarró del brazo. Yo me quede paralizada", contó ayer a este diario.

En la declaración hecha en Fiscalía la adolescente reconoció dos modelos de vehículos parecidos al auto del que bajó su agresor: "Un Fiat Palio o un Volkswagen Gol sin baúl, color gris y con cuatro puertas. No tenía patente porque me fijé bien y no la vi", dictó a la funcionaria que le tomó la denuncia en la Fiscalía.

"El pibe me agarró fuerte del brazo y me gritaba «subí al auto o te mato, subí o te mato», y me clavó algo en la parte baja de la espalda, parecía un caño por que no tenía punta filosa. Y me arrastraba, yo no entendía nada e intentaba no caminar, pero me arrastraba".

Una vez que el hombre la tomó del brazo la chica quedó "como congelada" y de sólo recordar ese instante se le acelera la respiración y le cambia la cara. "No podía gritar, tenía un nudo en el pecho, el corazón me latía fuerte pero quería hablar y no podía". Hasta ese momento el desconocido tenía todo a su favor.

Sin embargo un último impulso cambió la escena: "Hace dos años que hago Tae Kwon Do y me dí vuelta. No sé si le tiré una patada, una traba o qué pero se cayó. No sé que hice. Corrí y me daba vuelta para ver si me seguían, había niebla pero me parece que tomaron por Corrientes y se fueron. No los ví más". Un segundo después la joven llegó hasta la parada del colectivo, en Corrientes y Uriburu, y una mujer se quedó con ella un rato hasta que Anabela se comunicó con su madre.