Lucas Figueroa, de 19 años, falleció la semana pasada en el centro médico de San Martín al 5800.

Lucas falleció de muerte natural. Era un paciente psiquiátrico con patología cardíaca de base y murió de un paro cardiorrespiratorio, no hubo sobremedicación ni nada raro. Al contrario, la atención que tuvo en el Sanatorio Neuropático fue excelente". La declaración la formuló a LaCapital Gladys D'Angelo, abuela de Lucas Figueroa, el joven de 19 años que falleció la semana pasada en el centro médico de San Martín al 5800 , donde permanecía internado por intervención de las direcciones de Niñez y Salud Mental de la provincia.

En paralelo, D'Angelo cuestionó la mediatización del caso y criticó al abogado de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Salvador Vera, por sus dichos sobre el caso.

Una versión similar dio a este diario el director médico del Neuropático, Néstor Borghi. "Lucas no estaba sobremedicado, tenía libertad para manejarse en la institución y tuvo un paro cardíaco. Se informó en tiempo y forma a la Justicia y desde momento la investigación quedó en manos de la Fiscalía", remarcó.

De esta forma, tanto la abuela como el director del sanatorio salieron al cruce de las versiones sobre presunta mala praxis y abandono del joven que instalaron organizaciones no gubernamentales y concejales de la oposición.

D'Angelo contó que su nieto "fue abandonado por sus padres a los tres meses de vida. Yo y su padrino nos hicimos cargo de un chico con trastornos mentales, bipolaridad y esquizofrenia".

Según su abuela, Lucas "era tan vulnerable que los supuestos amigos del barrio se abusaban de él haciéndole consumir drogas y después aparecía, cada tanto, todo golpeado".

"Además —continuó— tenía un soplo en el corazón y sabíamos que esa patología de base podía generar problemas en el cruce con la medicación psiquiátrica. Fue lo que pasó, lamentablemente, por eso la partida de defunción no habla de muerte dudosa".

Gladys elogió el trato y la atención recibida por su nieto en el sanatorio de zona sur. "No tengo más que palabras de agradecimiento a la institución, siempre lo atendieron bien, lo respetaron, le daban libertad, lo contenían. Cada vez que íbamos a buscarlo estaba impecable. Se lo dije personalmente al doctor Borghi", enfatizó.

Luego opinó sobre el seguimiento de las áreas de Niñez y Salud Mental de la provincia. "La atención que le brindaron a Lucas no fue mala, pero había un acompañante de origen peruano que trataba muy mal a Lucas y a otros chicos, incluso me comentaron que les pegaba", deslizó.

De inmediato salió al cruce de los dichos de Salvador Vera, abogado de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud. "Este señor no tiene ninguna autoridad para hablar públicamente de mi nieto, invadiendo nuestra privacidad, sembrando dudas sobre lo ocurrido e impidiendo que hagamos un duelo por lo ocurrido", sostuvo.

También cruzó a los referentes políticos que opinaron sobre el caso. "Lo hicieron de manera absolutamente irresponsable, sin conocer nada. Además, ahora se acuerdan de Lucas, cuando durante años pedimos ayuda y nadie nos dio una mano. Ahí no éramos noticia parece", se quejó.

D'Angelo reconoció que pidió la cremación de su nieto. "Lo hice porque su cuerpo ya sufrió demasiados golpes, tenía muchas lesiones y no quería que fuera sometido a más trámites (como la autopsia)", explicó.

Por su parte, Borghi remarcó que el trato médico brindado al joven "fue correcto y lo que ocurrió fue todo informado como marca la ley a las autoridades judiciales. Desde ese momento son ellos los responsables del caso, nosotros preferimos mantener una respetuosa distancia pública sobre la situación".