Las mujeres asesinadas le habían prestado dinero al único detenido

 

El jueves pasado Luisa Legarreta y su hija, Fernanda Fiordelli, aparecieron degolladas en su casa de la esquina de Ruta 215 y Rivadavia, en Brandsen. No tuvieron que ir muy lejos para encontrar un sospechoso. Días después, detuvieron a un amigo de las víctimas que vivía a escasos 500 metros del lugar del crimen. La pista que lo puso tras las rejas fue una deuda de 5 mil dólares.

Para los investigadores Alberto Ismael Padrón es el único responsable por la muerte de las mujeres. En octubre del año pasado le había pedido a la menor de ellas un préstamo para pagar la fiesta de 15 de su hija. El arreglo era que iba a devolverles ese dinero en cuotas pero unos meses después, dejó de pagar.

La tolerancia del principio con el pasar del tiempo se volvió un reclamo insistente y por fin Fiordelli había conseguido que el hombre se comprometiera a firmarle un pagaré. Justo el día que la asesinaron, a ella y a su mamá, tenía que pasar a buscarlo para que firmara.

Una sobrina de la mujer más grande fue quien advirtió que algo sucedía cuando intentó comunicarse con ellas sin obtener respuesta y llamó a la Oolicía. La puerta estaba sin llave. Adentro, el cuerpo de Lagarreta estaba tirado en el living y el de Fiorelli en el baño. Las dos estaban desangradas.

Cuando fueron a detenerlo en su casa, Padrón tenía 4.780 dólares y ropa manchada de sangre que está siendo peritada. Ayer se negó a declarar ante el fiscal Mariano Sibuet, mientras que su esposa, según trascendió, habría intentado suicidarse tomando pastillas.