Sucedió en Atzala. Una bebita iba a ser bendecida cuando sobrevino el sismo: murieron ella, su mamá, su hermanita y ocho asistentes.

La caída de la cúpula y el techo de una iglesia cuando se celebraba un bautismo provocó la muerte de por lo menos 11 personas en la localidad mexicana de Atzala.
Arizbeth Escamilla tenía apenas dos meses de edad, pero sus padres querían que recibiera la "bendición de Dios" por lo que pusieron en marcha los preparativos para que su hija fuera bautizada en la iglesia Santiago Apóstol de Atzala, estado de Puebla, a unos 170 kilómetros al sureste de Ciudad de México.

Sin embargo, la ilusión no se concretó pues mientras se realizaba la ceremonia, a las 13,14 hora local, el violento terremoto hizo colapsar la cúpula del templo que cayó sobre los feligreses. En menos de 30 segundos el techo de piedra de esta iglesia del siglo XVII se vino abajo.

Tanto la pequeña como su mamá y su hermanita perdieron la vida, mientras que su padre, Ismael, se debatía hasta anoche entre la vida y la muerte en un hospital. Un total de 12 cuerpos fueron rescatados. El sacerdote y el sacristán que oficiaban la ceremonia lograron sobrevivir.

Los propios pobladores de Atzala se organizaron para remover escombros y pusieron velas junto a los cuerpos de los fallecidos, cubiertos con sábanas.

Unicef, organismo internacional para el cuidado de la infancia, difundió ayer que unos cinco millones de chicos y chicas se vieron afectados por el terremoto en Ciudad de México, Morelos y Puebla. También informó que más de 400 escuelas mexicanas fueron dañadas por el sismo y que las clases se encuentran suspendidas en los tres distritos.

También, dijo Unicef, hay niños separados de sus familias en refugios y hospitales.

Unicef está en el terreno para asistir a las familias víctimas desplegando equipos de respuesta rápida en el sur de la Ciudad de México y preparando planes de respuesta asistencial para Morelos y Puebla.