Donald Trump ordenó el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.

Las protestas de decenas de países no le importaron. El presidente de Estados Unidos Donald Trump decidió patear el tablero y romper con décadas de diplomacia estadounidense e internacional al "reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel". "Es reconocer la realidad", afirmó el mandatario, que anunció el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.

"Los EEUU siguen comprometidos en lograr un acuerdo de paz entre ambos bandos", indicó Trump. En un esfuerzo para calmar a los palestinos, Trump afirmó que los EEUU apoyan una "solución de dos estados" (es decir un estado palestino independiente) y pidió "mantener el status quo" en los lugares sagrados de la Ciudad Santa, entre ellos la explanada de las Mezquitas, uno de los principales lugares de culto del Islam.
Más temprano, los grupos palestinos convocaron a tres "días de ira", expresión consagrada para atraer manifestantes a los chekpoints israelíes donde muros y miradores de cemento separan a Cisjordania y a la franja de Gaza del territorio israelí, en protesta por la decisión de Trump.

La ONU repitió este miércoles que el estatuto de la ciudad debe ser negociado entre israelíes y palestinos.