Se lo dijo el general Robert Neller a las tropas de marines que están en una misión de paz en Noruega.

Desde que está Donald Trump como presidente de los Estados Unidos su administración profundizó algunas disputas militares en el mundo. Sobre todo en Medio Oriente y el sur de Asia, en donde hay mucha tensión con territorios de esa zona. Corea del Norte, Rusia y los países de religión musulmana son sectores que tienen conflictos con el gobierno del republicano. Esta semana se conoció una declaración de un alto jefe militar que preocupa: advirtieron que "se viene una guerra".

"Espero no equivocarme, pero se viene una guerra. Ustedes están en una batalla aquí, informal y política, pero es una batalla con su presencia", dijo el general Robert Neller, comandante de los Marines, en una reunión en Noruega con 300 militares estadounidenses.
El jefe militar estaba visitando a la fuerza de los Marines, cerca de Trondheim, a unos 300 kilómetros de Oslo. Los soldados están allí desde enero por decisión de la OTAN en una misión de paz. Las declaraciones de Neller abren la chance de que la función de esos marines pueda cambiar en un futuro si alguno de los conflictos abiertos se tensa.

De acuerdo a las declaraciones levantadas por los principales medios estadounidenses y recogidas en exclusiva por el sitio Military.com, Neller advirtió sobre lo que podría ocurrir en los próximos meses. "Ellos están mirando, como lo hacen ustedes. Tenemos 300 marines ahora, pero podemos pasar de 300 a 3 mil de un momento a otro. Podemos levantar la vara.
En las últimas semanas bajó la intensidad en el conflicto entre Trump y Kim Jong-un, pero los últimos meses la crisis en el sur asiático se fue incrementando. Lo que desató todo fueron los misiles lanzados por el líder norcoreano que pusieron en alerta a los países vecinos.

A la vez, en ese contexto de ebullición internacional, Trump generó una controversia con países de Medio Oriente cuando comunicó su decisión de trasladar la Embajada de los Estados Unidos a Jerusalén y, de esta manera, reconocer a esa ciudad como la capital de Israel en lugar de Tel Aviv.