La fiscalía regional a cargo del caso de corrupción de Luiz Inácio Lula da Silva señaló ayer que "no ve razones" para pedir la prisión preventiva para ex presidente brasileño, aun cuando un tribunal confirme el próximo 24 de enero una condena a nueve años y medio de cárcel en segunda instancia.

La fiscalía regional a cargo del caso de corrupción de Luiz Inácio Lula da Silva señaló ayer que "no ve razones" para pedir la prisión preventiva para ex presidente brasileño, aun cuando un tribunal confirme el próximo 24 de enero una condena a nueve años y medio de cárcel en segunda instancia. "El procurador (fiscal) regional de la república Mauricio Gotardo Gerum no formalizó y no ve razones para formalizar un pedido relacionado con una prisión cautelar del ex presidente", comunicó la fiscalía de Porto Alegre, en el sur del país.

La fiscalía esperará a que la defensa de Lula agote todos los recursos de apelación disponibles, según se desprende del comunicado. "Cualquier medida relativo al cumplimiento de la pena seguirá el camino normal de la ejecución penal, sin que haya razones para precipitarla", indicó el texto. Eso hace improbable que la corte que juzgará a Lula en segunda instancia el próximo miércoles en Porto Alegre emita una orden de detención inmediata en caso de confirmar la sentencia. La decisión final, sin embargo, le corresponde a los tres jueces que revisarán el caso.

El tribunal regional de Porto Alegre está a cargo del caso porque el juicio en primera instancia se celebró en la vecina Curitiba. El juez a cargo de los procesos de corrupción bautizados como "Lava Jato" ("Lavado de autos"), Sérgio Moro, no ordenó el encarcelamiento preventivo de Lula al condenarlo en primera instancia en julio de 2017 aludiendo a la "prudencia" para evitar "traumas".

La defensa de Lula puede apelar todavía una posible confirmación de la sentencia la próxima semana llevándola al Tribunal Superior de Justicia e incluso al Tribunal Supremo.

El juicio a Lula tiene en vilo al país sudamericano desde hace días. El carismático ex presidente (2003-2010) aspira a ganar un tercer mandato en las elecciones de octubre y lidera ahora mismo claramente las encuestas con un 36 por ciento de los apoyos.

Lula, de 72 años, está acusado de corrupción en una gigantesca trama de fraudes en torno a la petrolera estatal Petrobras y tiene que responder aún en varios juicios vinculados con esa causa. En julio, Moro lo declaró culpable de haber aceptado sobornos de la constructora OAS a través de la reforma de un departamento en el litoral de San Pablo, a cambio de favorecer a la empresa en sus negocios con Petrobras.

Varios movimientos sociales convocaron a protestas en Porto Alegre para el miércoles. En la ciudad se esperan también manifestaciones contra el ex presidente.