El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren admitió que el proceso de revisión tarifaria integral de las empresas productoras, transportadoras y distribuidoras de gas y electricidad generó un “impacto en el bolsillo” de los consumidores, pero resaltó que “hoy estamos en 45 a 50% de recuperación de los costos”, al hablar durante la reunión del foro Argentina-Unión Europea.

Aranguren anticipó además que el mes próximo se lanzarán licitaciones para cerrar ciclos abiertos (en plantas térmicas); entre julio y agosto se convocará a la ronda 2 del programa Renovar, de energías renovables; y en el último trimestre habrá otros concursos para líneas de transmisión y ciclos combinados.

Se refirió asimismo al encuentro que esta tarde mantendrá con las empresas productoras y los sindicatos que firmaron la adenda al convenio laboral para la explotación de los recursos no convencionales en la formación Vaca Muerta “para ver qué falta, dónde está el problema” que impidió hasta ahora la puesta en marcha plena del acuerdo firmado semanas atrás.

“Iniciamos un proceso previsible, gradual, de ir de a poco reduciendo los subsidios, pero con un concepto que no existía, que es la protección de los vulnerables”, matizó el ministro.

El ministro recordó que hasta comienzos de 2016 “la tarifa eléctrica recuperaba sólo el 10% del costo de generación, ya que estaba en $ 90 por MW/hora, frente a un costo de $ 980; mientras en gas la recuperación del precio en boca de pozo era de 28%”.

Al respetarse lo establecido por los marcos regulatorios fijados por ley “hicimos algo normal” y ahora las empresas concesionarias “ya no hablan del pasado, sino lo que van a hacer en los próximos 5 años en materia de calidad del servicio e incorporación de nuevos usuarios”.

“El respeto a los marcos legales genera incentivos para una mayor oferta de energía y un menor costo, porque con la desinversión de años anteriores quedaron en operación equipos de baja eficiencia”, explicó Aranguren.

Puso como ejemplo las centrales térmicas Costanera y Puerto, que suman unos 9.600 megavatios y en el pico tienen una demanda de 9.300, “pero lo lamentable es que 3.600 Mw son máquinas de 75 años de antigüedad, y tienen una disponibilidad de sólo 50%, similar al factor de carga de una planta eólica, es decir, producen energía la mitad del tiempo, cuando los equipos nuevos tienen un nivel de eficiencia de 85% a 90%”.

Aranguren destacó además que “iniciamos una etapa de reinserción de las energías renovables en la matriz producción de electricidad” y “estamos garantizando que a fines de 2018 o principios de 2019 el 9% va a ser de fuentes renovables y vamos a cumplir y exceder el mínimo previsto por la ley de 20% para 2025”.

Puso de relieve también la existencia de recursos no explotados en materia hídrica y nuclear, y gas abundante (en Vaca Muerta, pero también en la cuenca Austral y off shore).

El ministro destacó que “replanteamos inversiones de las centrales nucleares y de las represas sobre el río Santa Cruz, lo que nos permitirá ir definiendo la matriz y el escenario 2035, y ya pensamos en el 2050 para ver los cuellos de botellas y las medidas de eficiencia, ya que viene una etapa de cambios de conducta para poder hacer un uso eficiente de la energía.

Aranguren cuestionó “la política del parche continuo, sin planificar y evaluar las consecuencias de las decisiones de corto plazo, y sin establecer escenarios de ahorro y eficiencia”.

En este último aspecto, dijo, “estamos ahora en condiciones para recuperar la eficiencia y bajar el costo de producción y generación”.

Aranguren mencionó como ejemplo del potencial de ahorro los cálculos realizados sobre el eventual reemplazo del alumbrado público de 3.000 municipios por iluminación led, lo cual “aportaría el equivalente a dos centrales de Atucha, unos 800 MW”.