La justicia le negó la prisión domiciliaria a Julieta Silva. "No siente angustia porque cumplió su cometido", alegó la fiscal del caso.

La fiscal que investiga la muerte del rugbier Genaro Fortunato sostuvo que la voluntad de Julieta Silva fue dirigida "a darle muerte" a su novio y que "no siente angustia ni culpa porque cumplió su cometido". Lo hizo durante la audiencia en la que el juez Pablo Peñasco le negó la prisión domiciliaria a la acusada y mantuvo además la carátula de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía.

En su alegato, Andrea Rossi consideró que la imputada “se percató que Fortunato estaba en el piso y de todas formas lo atropelló" y remarcó que "nunca se quebró" por lo ocurrido con Genaro sino que recién "lloró cuando se enteró de su situación procesal".

Si bien confirmó que Silva tiene astigmatismo también manifestó que "su campo visual no le impidió verlo”, después de lo cual pidió su procesamiento y la prisión preventiva. “Impera en su condición el riesgo de fuga, tiene los medios para hacerlo, gracias a que tiene parientes en la Patagonia y en San Luis”, argumentó la fiscal.

El juez le dio la razón a la fiscal y determinó que la acusada siga en la cárcel. La defensa, por su parte, apeló la medida, por lo que deberán resolver en los próximos días.

La joven de 29 años y madre de dos hijos está imputada por el delito de homicidio doblemente agravado por vínculo y alevosía de quien era su pareja hasta la madrugada del 9 de septiembre pasado, cuando Silva lo atropelló en la puerta del bar "Mona" después de una supuesta discusión.