Luego del "baile", hay preocupación por el futuro de los chicos heridos. 

La Escuela de Policía de La Rioja continúa en el foco de todas las miradas, tras la muerte del cadete Emanuel Garay luego de haber sufrido violencia extrema en un ejercicio físico. El gobernador de esa provincia Sergio Casas tomó una decisión política: pasó a la órbita del ministerio de Educación a la institución. Luego de esa determinación, los padres de los jóvenes que terminaron internados por las heridas que sufrieron siguen con miedo de que ocurra otra víctima.

Telenoche habló con familiares de chicos y chicas internados en el hospital, luego de haber padecido torturas durante las prácticas que hacían. Graciela Chumbita, madre de Jacqueline Chumbita, contó que no entiende "cómo se llegó a este sufrimiento". "Estoy al lado de ella por lo que pasó y me duele más a mi. Voy a apoyarla por lo que quiera. Ella es fuerte. Es todo para mí", afirmó.

La mujer recordó que su hija fue por un sueño "y terminó en una terapia". "Es muy doloroso todo. Tengo miedo de que vuelva a pasar. Nunca voy a estar tranquila de ahora en más. Los chicos estuvieron en peligro. Ella quiere seguir, pero el dolor de una madre va a estar siempre. Mi hija dice que no va a parar hasta no tener el uniforme azul", cerró
Otro testimonio fue el de Mabel Mercado, mamá de Marcelo Mercado. Su hijo también dejó su hogar familiar para ir a estudiar a la escuela policial. "Cuando supimos lo que pasó no lo podíamos creer. Vino a estudiar, estábamos durmiendo pensando que él estaba bien y nunca nos hubiéramos imaginado que iba a terminar todo así", aseguró.

Los familiares se nuclearon este miércoles en la principal plaza de La Rioja para marchar frente a la Casa de Gobierno. Lo hicieron con globos que simbolizan el agua que no le dieron a los chicos cuando entrenaban con una temperatura altísima, situación que desembocó en la muerte de Garay.
Luego de los hechos, el Gobierno desplazó al jefe de la Policía y al secretario de Seguridad de la provincia, además de la cúpula de la escuela. También detuvieron a cuatro comisarios e instructores, en una causa que pasó de caratularse "lesiones gravísimas" a "homicidio doloso". Seis cadetes de grados superiores sospechados de haber sido quienes iniciaron el "baile" que terminó en muerte.

Entre los castigos brutales a los que sometieron a los estudiantes, con más de 40 grados de temperatura los obligaban a estar varias horas al sol y no les daban agua. La mayoría sufrió deshidratación y algunos, desesperados, tomaron agua estancada.