El insólito hecho fue en Tucumán. Los demás delincuentes que lo acompañaban se dieron a la fuga y lo abandonaron.

Escucharon las sirenas y se apuraron a salir por el mismo hueco por donde habían entrado a una escuela de Tucumán. Uno por uno se escapó cuerpo a tierra por la puerta que habían forzado, hasta que el último de ellos se quedó atrapado. Tenía la mitad del cuerpo dentro y la otra fuera. 
El intentó de robo ocurrió alrededor de las 10 de la mañana en el instituto Juan Bautista Alberdi, en la Villa 9 de Julio de la capital tucumana. Junto a otros cómplices, el ladrón rompió la puerta metálica de una de las aulas para ingresar al centro educativo.