Se postergan los partidos según las conveniencias de algunos clubes haciendo todavía más precaria la organización de un fútbol que necesita urgentes cambios estructurales.

Los analistas políticos y el denominado "círculo rojo" siempre hablan de los primeros cien días de gestión como indicador del perfil que proyectará la administración constituida. Si esto se aplica al nuevo gobierno de la AFA que conformaron los viejos directivos de siempre, ya se puede visualizar que el fútbol argentino mantendrá los mismos problemas y vicios, aquellos que convirtieron al deporte más popular en un terreno fértil para las sospechas y contubernios.

Es que ni siquiera exhiben prolijidad para resolver lo más elemental, ya que atravesados por los compromisos y acuerdos no pueden sostener en el tiempo ni siquiera un fixture. Son desprolijos hasta en la confección de un programa de partidos, que constituye la esencia de una planificación, materia que en la casa rectora del fútbol argentino hace años la tienen previa, por eso esta generación de directivos son y seguirán siendo repitentes.

Al respecto, sólo alcanzan ejemplos recientes y latentes para exhibir las impericias o arreglos que caracterizan a las gestiones de manera permanente.

Independiente no quiso jugar la fecha 17ª en marzo ante Defensa y Justicia porque como se disputaban las eliminatorias sudamericanas no contaría con su arquero titular, el uruguayo Martín Campaña. El resto de la jornada se disputó normalmente pese a que otros equipos tenían futbolistas convocados a los distintos seleccionados.

El partido luego se reprogramó para este fin de semana, aprovechando que se trataba de fecha Fifa donde los seleccionados disputan amistosos. Pero tampoco se jugará. ¿Por qué? Porque Defensa y Justicia solicitó no hacerlo ya que su entrenador, Sebastián Beccacece, es ahora ayudante de campo de Jorge Sampaoli y está con la selección argentina. Insólito pero real. ¿Entonces? Se jugaría el miércoles próximo, día en el que Beccacece arriba a Ezeiza proveniente de la gira con la selección.

Y no es un partido sin trascendencia, ya que ese resultado puede modificar temporalmente las clasificaciones a Copa Libertadores y Copa Sudamericana, incluso gravitando en las aspiraciones de los equipos rosarinos .

Pero hay más en el "pasa de todo" del mundo AFA. También en estos días se aprovecha el receso del torneo de primera división para avanzar con la disputa de la Copa Argentina. Pero tampoco será posible en su totalidad. Ya que Racing y San Lorenzo solicitaron postergarlos hasta la finalización del campeonato.

San Lorenzo tenía que jugar ante Cipolletti de Río Negro el sábado a las 17.15 en la cancha de Lanús, mientras que Racing iba a enfrentar a Mitre de Santiago del Estero el domingo a las 17.45 en el estadio Padre Martearena de Salta. Ambos partidos serán reprogramados para agosto próximo.

El presidente de Racing, Víctor Blanco, intentó explicarlo: "Se pidió la postergación no por mezquindad, sino que si no se juega el torneo, es lógico que tampoco se dispute la Copa Argentina. Además, tenemos un jugador convocado a la selección, Marcos Acuña.

Lo cierto es que Racing y San Lorenzo pidieron jugar en agosto ya que los compromisos de Boca y de River están programados para ese mes, ante Gimnasia y Tiro de Salta, del Federal A, y Atlas, de la Primera D, respectivamente.

Entonces si todos postergan porque se está jugando el torneo de primera, por qué el resto de los equipos sigue compitiendo. Como sucedió ayer y como será el caso de Newell's el domingo en Santa Fe.

La verdad es que los denominados grandes especulan hasta en el mínimo detalle, porque dependerá de la necesidad que tengan una vez que concluya el torneo, ya que para Racing, por ejemplo, la Copa Argentina será el atajo para llegar a la Copa Libertadores, ya que hoy por el campeonato estaría quedando afuera.

Pero con el mismo derecho con el que los denominados grandes especulan, también podrían hacerlo los demás, más en una AFA donde sólo se trata de pedir, y en caso de una respuesta negativa, quedaría en la superficie una vez más la obscenidad de cómo administran el catálogo de los privilegios.

Porque en esta AFA, donde aparentemente "lo pedís, lo tenés", lo que menos importa es la planificación, el orden, la ecuanimidad y el respeto a las normas establecidas, y así será muy difícil que el fútbol argentino pueda contar con una organización previsible, una cualidad elemental de la que hacen gala otras federaciones y asociaciones del mundo que lograron un desarrollo acorde a la potencialidad.

Y es aquí donde surge la pregunta. ¿Cómo crecerá este fútbol en la anarquía? ¿Cómo lograrán una competencia equitativa si mantienen vigente las concesiones según la cara del cliente? ¿Cómo conseguirán inversiones a través de la comercialización de los derechos en el exterior si nunca se sabe cuándo se juegan los partidos? ¿Cómo lograrán ser un gobierno confiable cuando cultivan la suspicacia sin sonrojarse? Todas las preguntas tienen respuestas coincidentes. Porque en un mes se cumplirán los primeros cien días de esta gestión que encabezan Tapia y Angelici, y hasta ahora no hubo cambios estructurales, ya que sigue siendo la AFA del chiquitaje.