La historia de miles y miles de santafesinos agobiados por la corrupción, inseguridad e ignominia Socialista en la ciudad de Rosario.



 
El 18 de agosto, cuando marchamos exigiendo Seguridad y Justicia por el brutal crimen de Nahuel Ciarroca, en la delegación de la casa de gobierno de Santa Fe nos encontramos con una víctima producto de la inseguridad y corrupción del Narco-Gobierno Socialista. Él era Pablo Semitiel, un ciudadano que había encontrado el lado oscuro de la inseguridad e la ignominia hacía tres años y medio, cuando a las cinco y cinco de la tarde al ingresar para tomar un helado, varios delincuentes que entraron a robar le dispararon en su huída dejándolo cuadripléjico.

“Me disparó un delincuente que lo tengo en mi frente todos los días. En mí cuello y me dejó preso de mi cuerpo y ellos están libres”.

Pablo nos contaba que luego de recorrer Europa buscando nuevos horizontes había vuelto a la Argentina buscando abrirse camino como comerciante. Narraba su estadio por el viejo mundo y lo que le deparó en su regreso la ignominia del Estado santafesino una tarde de verano.

Todos sus sueños se derrumbaron esa tarde infernal, cuando los gobernantes echaron su suerte al destino incumpliendo sus deberes y abandonando al ciudadano.

Seguramente Pablo no ingresará en la larga lista de homicidios violentos porqué murió tres años y medio después. Tampoco los asesinos pagarán por su crimen ya que siquiera en la actualidad están tras las rejas, eso sí, nosotros tampoco vamos a olvidarnos de Pablo ni de los gobernantes y funcionarios que lo abandonaron a su suerte cuando debían haberlo protegido.

Elultimoweb.com.ar estrecha en un fuerte abrazo a los familiares de Pablo, quién dejó su testimonio vivido antes de finalizar su calvario.

¡Todos los santafesinos somos Pablo!